El Espiritismo es una doctrina filosófica, científica y moral que se basa en la creencia de que los espíritus de los muertos pueden comunicarse con los vivos a través de personas con habilidades mediúmnicas. Fue codificada por el pedagogo francés Allan Kardec en el siglo XIX, quien compiló las enseñanzas de varios espíritus en su obra fundamental El Libro de los Espíritus (1857). Este texto forma la base del Espiritismo y establece los principios clave de la doctrina.
El Espiritismo propone que los seres humanos no son sólo cuerpos físicos, sino que tienen un alma inmortal que sobrevive después de la muerte física. Según esta creencia, los espíritus que han dejado el plano terrenal continúan evolucionando en el mundo espiritual, y algunos de ellos pueden regresar para comunicarse con los vivos a través de medios conocidos como médiums.
Principios fundamentales del Espiritismo
1. La inmortalidad del alma: El Espiritismo sostiene que el alma o espíritu es eterna y que tras la muerte del cuerpo físico, el espíritu sigue existiendo en otro plano de existencia.
2. La reencarnación: Una de las enseñanzas más importantes del Espiritismo es la creencia en la reencarnación. Los espíritus regresan a la Tierra en varias vidas para perfeccionarse y corregir errores de vidas pasadas. Este ciclo de vidas sucesivas es considerado un proceso necesario para el desarrollo moral y espiritual del alma.
3. La comunicación con los espíritus: Según el Espiritismo, es posible establecer contacto con los espíritus a través de los médiums, personas que tienen la capacidad de recibir y transmitir mensajes del mundo espiritual. Estas comunicaciones pueden ser escritas (psicografía), verbales o a través de otras manifestaciones físicas.
4. El progreso espiritual continuo: La doctrina espiritista enseña que todos los espíritus están en constante evolución. A través de las sucesivas reencarnaciones y el aprendizaje moral, los espíritus avanzan hacia estados de mayor perfección y felicidad, alejándose de la ignorancia y los errores.
5. Causa y efecto (Ley de acción y reacción): El Espiritismo también postula la existencia de una ley moral universal, en la que las acciones de una persona, tanto en esta vida como en vidas pasadas, tienen repercusiones futuras. Esta ley de causa y efecto explica muchas de las pruebas y sufrimientos que los seres humanos enfrentan como parte de su proceso de evolución espiritual.
Espiritismo en la práctica
A nivel práctico, el Espiritismo promueve la caridad, el amor al prójimo y la mejora personal como caminos para el crecimiento espiritual. Las reuniones espíritas, que pueden incluir sesiones de mediumnidad, estudios doctrinales y actividades de ayuda social, son comunes en los centros espíritas, donde los seguidores buscan desarrollar su conocimiento y su conexión con lo divino.
Aunque el Espiritismo no es exactamente una religión en el sentido tradicional, sus seguidores creen en un ser supremo al que llaman Dios, y reconocen los principios de justicia, amor y caridad. La diferencia clave con otras religiones es que el Espiritismo no depende de dogmas ni rituales. Más bien, se centra en el razonamiento lógico y en la evidencia de los fenómenos espirituales, que son observados y estudiados dentro de la doctrina.
El Espiritismo tiene una gran presencia en países como Brasil, donde ha sido profundamente influenciado por figuras como Chico Xavier, un famoso médium que popularizó la psicografía (escritura de mensajes dictados por espíritus) y dejó un legado de obras espirituales que aún inspiran a millones de personas.
En resumen, el Espiritismo es una filosofía espiritual que busca explicar el propósito de la vida y la evolución del alma, promoviendo el amor, la caridad y el progreso moral como ejes fundamentales para el crecimiento individual y colectivo.